21

Otro mes más. Otro 21. 10 meses. Esos 10 meses que habríamos hecho si no me hubieras dejado, diez días después de hacer 5 meses. El 31 de mayo. Desde entonces, las cosas no me han ido bien. Y parte de la culpa la tienes tú. Porque no quisiste que quedáramos como amigos. Desde entonces te he visto 3 veces, en las 3 porque tenía que devolverte algo tuyo. La primera vez, a la semana de que me hubieras dejado, un paraguas. La segunda, en agosto,para devolverte un libro de la uni y que tú me devolvieras otro. La tercera....fue en un examen de la uni, en Septiembre. Esa fue la única vez que te vi y no te devolví nada. Podría devolverte ese perrito de peluche que me regalaste cuando hicimos los 4 meses. O el muñeco del toro que nos encontramos en la calle delante de tu portal un día al vovler de clase. 


No me equivoco si digo que este ha sido un verano horrible para mí en el que he pasado más momentos malos que buenos. Han sido muchos días pensando en ti, muchas noches sin apenas dormir, llorando, dándole vueltas a todo, ahogándome con tu ausencia. Por suerte ha habido gente que me ha ayudado y ha estado ahí para animarme. Aún así, desde que me dejaste no he sido capaz de dormir más de 4-5 horas/noche. "Gracias" a ti mi insomnio se ha intensificado más que nunca. Y tú no lo ves, porque no quieres verlo. Porque no quieres verme. Es tu decisión y siempre la he respetado, aunque no me guste.

Puede que solo fueran cinco meses, puede que no fueras mi primer novio. Pero aun así yo lo viví como si fuera mi primer amor , y desde luego que llegó un momento en el que parecía como si llevara toda la vida contigo. Sonará cursi (y sabes que no lo soy), pero una parte de mí deseaba pasar el resto de ella contigo. Pensaba que eras el hobmre de mi vida. Esa parte se equivocó, y mi parte racional se encargó de hacerme abrir los ojos, ver la realidad. Y la realidad era que no me querías, que todo había terminado y no volvería a repetirse. 

Durante esos cinco meses te di todo lo que pude y más. Te entregué más de lo que le había entregado a nadie antes, lo di todo por ti. ¿Te acuerdas del Día de Reyes? Apenas llevábamos 15 días, pero tuviste tu regalo. Una pulsera de pinchos (siempre decías que te gustaban mucho y querías una), una taza de Bob Esponja (nunca entendí por qué te gustaba tanto ese maldito bicho...) y una tarjeta de felicitación en la que desnudaba mi corazón y ponía todo lo que sentía por ti. Llegó abril, y con él tu cumpleaños. ¿Mi regalo? Una maqueta de la Flying V, tu guitarra favorita, y una cena para dos. Luego, a tomar unas copas en plan tranquis, los dos solos. En todo ese tiempo, ¿qué me diste tú? Por Navidad, nada. En San Valentín, una rosa roja (algo que, por cierto, me encantó). Y por último, el perrito, que no compraste sino que tenías por casa. Por mi cumpleaños no llegaste a regalarme nada ya que me dejaste mucho antes de eso.

Cada día pienso menos en ti, aunque sigo durmiendo fatal. Ya me he acostumbrado a eso. Aún te echo de menos, y aunque me duela, sé que me costará mucho olvidarte del todo. Quizá la culpa sea mía, por vivir las cosas de forma demasiado intensa. Quizá el primer error lo cometí al empezar a tontear contigo. Supongo que, de no haber empezado a salir contigo, habría sido más feliz. Ya es tarde para lamentarlo.

Y en mi mente, como cada 21, como casi cada día, suena una canción. "Rojitas las orejas", de Fito. "Nuestra" canción. Y recuerdo cuando me decías eso de "se me ponen si me besas...rojitas las orejas", y me lo repetías hasta que te besaba. Luego otro beso, y otro, y otro. Y miles de "te quieros" pronunciaban nuestros labios. Y luego, si podíamos, nuestros cuerpos se hacían uno, nuestras almas se conectaban. Éramos un solo ser, disfrutábamos del placer mutuo.

Sé que no lo leerás, pero esto va por ti.