lunes, 17 de enero de 2011

¿Qué quiero?

Tengo mis momentos de debilidad, como todos. En ocasiones me muero de celos, otras me siento sola, otras lloro(sabiendo el motivo o sin saberlo) o me río hasta quedarme sin aire. En los últimos meses he tenido más motivos para llorar que para reír, y eso no es un secreto.
Parece como si cada vez que me acerco a la felicidad, algo me impidiera alcanzarla. Pero nunca pierdo la esperanza, la fe, las ganas de seguir luchando, siempre adelante. Y esta vez no será la excepción, seguiré luchando.
Nunca me rindo hasta conseguir lo que quiero. Y lo que quiero, a quien quiero, es a ti. Para siempre.


Qué complicado es el amor a veces. ¿Sólo a veces? Vale, casi siempre. Al menos en mi caso. Pero bueno...pese a todo, no me rindo. Por muchos momentos de bajón que pueda tener.

sábado, 8 de enero de 2011

Sincerándome conmigo misma

Asúmelo: no eres, ni serás nunca, una princesita. Tan solo eres una puta muñeca de porcelana de esas que tanto miedo te dan. Intentas hacerte la fuerte, no mostrar sentimientos. Pero siempre fallas, una y otra vez. Y te haces pedazos contra el suelo, caes y te duele. Duele mucho, lloras, sufres, estás destrozada por dentro pero por fuera tienes que fingir que nada pasa, pintarte la sonrisa más falsa de tu repertorio para que los demás no te pregunten si te pasa algo.

Tienes una habilidad que parece innata para fijarte siempre en los chicos menos indicados. Los que pasan de ti, los que tienen novia, los que están lejos. Y tu mejor amiga te dice que te busques novio aquí y te olvides de toda la mierda que tienes dentro, que intentes ser feliz. Tú sabes que no es tan fácil, que distas mucho de alcanzar la felicidad. Ni siquiera sabes si algún día podrás aunque sea rozarla con la punta de los dedos. Y también sabes que, pese a todo, tu corazón tiene a alguien. Alguien que está lejos, muy, DEMASIADO lejos. Pero es asi. Y no quieres entregárselo a nadie más.

Sí, estás jodida, medio resquebrajada y llorando, con la respiración agitada y las lágrimas mojando tu cara. Eres débil, frágil. Pero tu personalidad, tu fuerte carácter, te impide romperte del todo. Por eso siempre haces como el ave fénix y resurges de tus cenizas. Pero cada vez cuesta más, te sientes más mayor, más sola, más cansada, agotada. Aun asi, sabes que por muchas veces que ardas siempre resucitarás. Hasta el día de tu muerte, o hasta que las cosas cambien y por fin te vaya todo como quieres. Lo que primero ocurra.

viernes, 7 de enero de 2011

Adiós

Quizás cuando pase un tiempo te des cuenta de como he podido llegar a sentirme, de todo el dolor que me has podido causar tan solo con palabras. Puede que sea mi culpa haber llegado a este punto, que en el primer momento tenia que haberte olvidado, pero no solo no te olvidé, sino que me arrastré una y otra vez para poder conseguir algo de tí pero nunca tuve la suerte de conseguirlo.

Puede que ahora vea todo muy negro, que no vea un futuro sin tí pero tal vez es cuestión de tiempo, que solo me hace falta abrir los ojos y pensar con la cabeza y dejar a un lado el corazón y darme cuenta de que sin tí todo será mejor, de que alguien podrá llegar a quererme como tú no supiste hacerlo y que yo podré querer a alguien como te quise a tí, y puede que hasta más. 

Hoy se acaba mi puta adicción a tí, adiós.

domingo, 2 de enero de 2011

Desde luego...

Vaya forma de empezar el año...Encontrándome contigo. Duele volver a verte, aunque quizá duele más ver que ni te has dignado a decirme un "hola". Cuando empiezo a olvidarte, cuando pienso cada vez menos en ti...es justo cuado te veo. Es como si algo quisiera impedir que te olvide. Y no sabes cuánto me jode verte precisamente ahora, en unos días en los que estoy tan sensible y con tantos recuerdos, las emociones a flor de piel.

Manda cojones. Es increíble cómo pasé de ser tu vida a no ser nada, ni una simple pelusa de esas que tienes debajo de tu cama. Y precisamente en una cama, aunque no en la tuya, sino en la mía, o en esa que nos "prestaban", era donde pasábamos bastante tiempo. Cada vez que podíamos, de hecho. Sí, sé que esa es otra cosa de la que debería olvidarme. Pero no puedo negar que, para bien o para mal, me marcaste. Mucho. Demasiado.

Odio esto. Odio no poder olvidarme de ti con la misma facilidad con la que tú te olvidaste de mí. Odio saber que, mientras siga en esta puta ciudad, corro el riesgo de encontrarme contigo, justo como hoy. Odio sorprenderme a veces recordando el sabor de tus besos-y de lo que no eran tus besos. Pero quizá lo que más odie sea el no poder odiarte. Y me odio a mí misma por haber empezado a salir contigo. Porque me hiciste mucho daño, porque me destrozaste por dentro aunque no te dieras cuenta. y porque sé que, si no hubiera empezado a salir contigo,a  día de hoy sería mucho feliz y no tendría que lidiar con este corazón lleno de bordes cortantes, mi cabeza no estaría recordando buenos momentos, besos, caricias, palabras, lugares, y personas. Solo dos:tú y yo. Te di mucho, te di TODO lo que tenía y me dejaste sin nada.

¿Sabes? Te quedaba mejor el pelo largo. Pero te lo has cortado. Claro, ¿para qué vas a querer esconder la cara si no tienes vergüenza ni remordimientos por nada de lo que hiciste, de lo que me hiciste? Disfruta de tu vida. Yo disfrutaré de la mía cuando consiga sacarte de ella para siempre.