domingo, 16 de octubre de 2011

:)

+Lo siento
-¿Por qué?
+Por haberte roto el corazón.
-Mi corazón estaba roto de antes, estas cosas lo único que hacen es que no termine de curar.

A pesar de todo, no puedo guardarte rencor. Ni odiarte. Sólo seguir queriéndote, y esperar tener algún día fuerzas suficientes para no sentir todo esto que siento por ti.

Mientras tú seas feliz, a mí me vale. Aunque para ello tenga que quedarme a un lado viendo cómo es otra la que te hace sonreír, la afortunada que prueba tus labios.

Pero pase lo que pase, no olvides que en algún lugar del mundo, más cerca o más lejos, hay una chica a la que hiciste muy feliz, que te sigue queriendo y considerando una persona muy importante de su vida. 

domingo, 25 de septiembre de 2011

Fiel a uno mismo

Eres más de lo que te imaginas. Mejor de lo que piensas. Sólo tienes que descubirlo. Creer más en ti mismo. Ver lo que te rodea sin olvidar lo que tienes y eres por dentro.

No dejes de ser tú. Sé auténtico. Sincero, aunque a veces duela. Especial. Único. Destaca, en su justa medida. Evoluciona. Ábrete a la gente sin temor al rechazo o el daño. Y si te dañan, vuelve a levantarte. La gente que te quiere estará allí para ayudarte, para guiarte, para apoyarte.

El resto no importa. No pierdas tu esencia. No cambies. No te traiciones a ti mismo.

domingo, 17 de julio de 2011

2.0

Han cambiado muchas cosas en el último año y medio. Sé que no es la primera vez que lo digo, pero es la verdad.
Ha habido un cambio: he cumplido los 20, y se supone que soy una adulta madura y responsable, que dejé atrás la adolescencia. Últimamente he tenido mucho tiempo para reflexionar y pensar acerca de todos los cambios, pequeños algunos y grandes otros, que han ocurrido en mi vida.
Hay cosas de las que me arrepiento y cosas de las que estoy orgullosa. He aprendido a desconfiar (más aún) de la gente, y sé que las personas a las que les importo de verdad se pueden contar con los dedos de una mano. No me preocupa demasiado; nunca he oblligado a nadie a estar conmigo, y tener poca gente a mi alrededor tiene la ventaja de que es más fácil controlar una posible traición.
En cuestión de amistad no me ha ido demasiado bien, y ni hablar de relaciones sentimentales. A veces pienso que no estoy hecha ni para los amigos ni para la pareja, pero tampoco quiero vivir condenada a la soledad. Sé que si me ha ido así ha sido en parte porque mi carácter es difícil de llevar y soportar. En el pasado hubo quien intentó cambiarme y fracasó, porque si algo he tenido claro es que nunca iba a cambiar por nadie. Todos saben lo que hay conmigo, y al que no le guste lo lamento pero soy así. Si algún día cambio algo de mí, será solo porque yo crea que deba hacerlo, no porque me lo diga nadie.
Tengo la sensación de que hay gente a la que no he tratado como merecía. Me cuesta mucho pedir perdón pero siento que esta vez tengo que hacerlo. Así que pido perdón a todos aquellos que alguna vez hayan sentido que les he fallado o les he tratado mal.
Hay quien me ha tratado mal y no ha pedido (ni pedirá) perdon por ello. Me da igual: así solo demuestran que tienen menos educación que yo. Y es que, queridos amigos, no cuesta nada quedar bien si hay interés.
¿A qué viene todo esto? A que con las dos décadas viene una nueva versión de mí, mejorada. Soy independiente, siempre lo he sido. Tengo mi punto de orgullo, porque nunca he tolerado que nadie me pase por encima. En ocasiones soy borde, depende del trato que reciba. Se me da bien establecer relaciones personales, pero me cuesta conservarlas. Aunque pueda aprecer fría e insensible en ocasiones, las cosas me afectan más de lo que parece a simple vista. No creo en los príncipes azules, pero sí quiero encontrar un chico que esté a mi lado.
Tengo ciertos objetivos en la vida, y que nadie dude que me voy a dejar la piel a tiras si es preciso con tal de lograrlo. Sea sola o acompañada.
¿Tiempo de cambio? No. Tiempo de evolución. De olvidar el pasado. De borrar recuerdos. De tenermás sonrisas que lágrimas.
Ni siquiera sé si esto tiene sentido, pero necesitaba soltar un poco de mierda. Ya iba tocando. Si alguien se lo lee, gracias por interesarte por mi deprimente vida.

miércoles, 6 de abril de 2011

¿Apuestas?

+ Ya sabes lo que dicen, quien no arriesga no gana. Hay que apostar y cruzar los dedos, como en una ruleta.
- Ya, ¿y qué pasa si llevas toda tu vida apostando al rojo y siempre te sale negro?
+ No pierdas la esperanza. Sigue apostando al rojo. Tarde o temprano, saldrá.
- ¿Cómo se traduce eso?
+ Pues es fácil. Tú quieres encontrar a alguien que te quiera como eres, ¿no?
- Sí, ése sería el rojo. Pero en vez de eso todos los que encuentro resultan ser negros, como la huella que dejan tras de sí al abandonarme.
+ No pierdas la esperanza. Sigue apostando al rojo, sin importar cuántas veces salga negro. Y cuando menos te lo esperes, lo conseguirás.
- ¿Y cómo sabré que es él?
+ Créeme, lo sabrás. No será un negro mal teñido de rojo, será un rojo brillante, tanto como la sangre.
Y la ruleta sigue girando sin parar...

viernes, 11 de marzo de 2011

Mi 11 de marzo de 2003

Recuerdo perfectamente qué estaba haciendo tal día como hoy de hace 7 años. Eran las 10:30 de la mañana y yo estaba en el instituto (1º de la ESO). Tenía Ciencas Sociales, pero me encontraba mal así que en el recreo había ido a Secretaría para que llamaran a mi casa y me dieran el papelito para poder irme. Subí a por la mochila y me fui a casa. Cuando llegué allí, mi padre estaba en el sofá viendo la tele. Estaba de baja porque le habían operado de un tumor en el pulmón mes y medio antes. Lo que me sorprendió fue que la televisión estuviera encendida, ya que a mi padre no le gusta nada ese aparato. Cuando le saludé vi que estaba con los ojos humedecidos. "¿Qué pasa aquí?Mi padre no llora nunca...

Entonces, por primera vez, miré la televisión. Vagones de tren destrozado, ambulancias, cuerpos esparcidos por las vías. "¿Qué ha pasado?", pregunté. Y la respuesta de mi padre fue contundente: "Un atentado terrorista, en Atocha". Atocha, Atocha...Ese nombre me decía algo. Yo por aquel entonces no había estado en Madrid, pero el sitio me era familiar. Y entonces caí en la cuenta. Mi tío trabajaba ahí, como técnico informático en la estación. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Y si...? No, no quería ni pensarlo.

Media hora después, llegó mi madre del trabajo. Nos encontró a mi padre y a mí viendo La 1, el boletín especial en directo. Poco a poco se iban sabiendo datos, los primeros nombres... Estábamos sentados mirando fijamente la pantalla, con el corazón en un puño. Al llegar, mi madre nos preguntó qué pasaba y se lo explicamos como pudimos. Inmediatamente llamó a mi tía y preguntó por mi tío. Estaba bien, afortunadamente esa semana y la siguiente las tenía de vacaciones. Por fin pudimos respirar tranquilos, calmarnos por primera vez.

Yo tuve la suerte de no perder a nadie conocido, pero fueron muchos los que perdieron a sus seres queridos, familia, amigos... hoy es un día de recordar, de dar las gracias por lo que tenemos, por la suerte de estar vivos. Pero también de pensar en lo malo, en que nadie está a salvo, que cualquiera puede correr esa mala suerte, que nosotros podríamos haber estado entre esas 192 vidas que fueron cortadas aquel fatídico día.


Por todo eso y por mucho más, NO DEBEMOS OLVIDAR.

11/3/2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

Has sido, eres y serás la mujer de mi vida. Pase lo que pase, estemos donde estemos, cerca...o lejos. A lo largo de los años ya te he dicho todo lo que podría decirte, pero aún así siento que me quedan mil cosas más que podría decir.


Podría decirte por ejemplo que me arrepiento de todo lo que hice, de cómo te traté. De no saber cuidarte como te merecías. Que aún hay noches en las que sueño contigo, recordando esos momentos felices. Cuando estábamos tú y yo, nadie ni nada más. Podría decirte también que cada vez que te veo tengo que resistir el impulso de acercarme a ti y besarte, acariciarte, cogerte de la mano. Que me gustaría poder ir contigo cogida de la mano, poder llamarte "amor mío" y saber que eres solo mía.


Pero no, sé que no será así. Que perdí mi oportunidad, que no supe aprovecharla. Que tu paciencia se agotó, mientras que yo, tonta ingenua, pensaba que siempre te tendría ahí, que no te irías de mi lado, que siempre estarías junto a mí. Pero te cansaste y me dejaste sola, encontraste el amor en otros brazos, otros labios, otras manos. Y ahora sé que nunca volverás a mí.

martes, 8 de febrero de 2011

Reflexionando

A lo largo de mi vida he hecho muchas cosas. Algunas, pocas, de las que estoy orgullosa o de las que me alegro. Otras, más de las que me gustaría, de las que me arrepiento. Cosas que cambiaría. Decisiones, acciones, palabras, hechos. Cosas que han afectado a personas que me querían.


El último año y medio ha supuesto muchos cambios para mí. He crecido y evolucionado como persona, me ha traído mucha felicidad al principio que luego se ha ido tornando en tristeza, enfados...hasta derivar en depresión. Ni yo misma sé ya cuántas cosas me gustaría poder cambiar. He cometido muchos errores, algunos de los cuales no me perdonaré nunca. Pero los que probablemente más lamente y los que más consecuencias negativas han tenido son los relacionados con gente que me quería. He perdido a mucha gente por el camino, pasé de tenerlo "todo" a quedarme sin nada, sola, rota, vacía, con el corazón en pedazos y sin amigos.


En cuestiones amorosas nunca me ha ido bien, y cada vez que parecía que me iba bien ha ocurrido algo que ha hecho que todo se desmoronara. Lo peor es que sé que en la inmensa mayoría de esas ocasiones, la culpa ha sido mía. Por no hacer lo que la otra persona esperaba que hiciera, por no saber tratarla como merecía, por no ser lo que se pensaba, por hacer "más de lo debido". He llegado a dejar de creer en el amor, a odiar a mis ex. A odiarme a mí misma, por no ser lo bastante buena para ellos. Porque si todos me dejan, será por algo, ¿no? Y parece claro que la culpa es mía. Yo siempre doy más de lo que recibo, y quizá ese sea el problema.


Amigos...he pasado de tener dos grupos grandes de amigos a quedarme con 4 ó 5 personas. Del resto echo de menos a algunos que de una u otra forma fueron importantes para mí. En cuanto al resto...ya me demostraron lo que opinaban de mí y todo lo que me apreciaban. Volaron muchos cuchillos, hubo muchas puñaladas por la espalda, actos cobardes y palabras hirientes. Una vez más, me desviví por ayudar a quienes consideraba mis amigos cuando se encontraban mal, y cuando yo más les necesitaba me dieron la espalda, se burlaron de mí, me dejaron "con el culo al aire". Me preocupo demasiado por los demás, y los demás pasan de mí. Y así es como poco a poco me fui quedando prácticamente sola. ¿También tengo yo la culpa de eso? No lo sé. Pero a veces pienso que soy demasiado buena con la gente que quiero, y por eso luego recibo esas hostias monumentales que recibo.


Sé que nada de lo que escriba aquí causará ningún efecto en nadie. La mayoría no lo leerán, o si lo leen pasarán de ello y lo olvidarán a los cinco minutos. Quizá haya alguien que lo lea y se dé por aludido. Y quizá, sólo quizá, un 5% de los que lean esto se interesarán por mí, e intentarán ayudarme. Repito: quizá.
¿Qué soy yo para ti? O mejor dicho, ¿Soy algo para ti? ¿A quién le importa lo que me pase? ¿A quién le da igual? ¿Quién me echa de menos? ¿Quién no quiere saber nada de mí nunca más?
Reflexión completada. Soltar parte de la mierda que tengo dentro siempre hace que me sienta mejor. Lástima que mi cabeza no tenga un botoncito de "reset" o "delete". Así podría borrar todos mis errores y empezar de cero, pero sabiendo (o intuyendo) qué esperar de cada uno.


A los que pese a todo no habéis dejado de estar a mi lado (aunque en el caso de algunos sea desde la distancia), solo puedo deciros: GRACIAS.